domingo, 4 de octubre de 2009

Soledades anunciadas


Un hombre de 52 años ha quedado viudo repentinamente, luego de haber vivido más de la mitad de su vida junto a una mujer, a la cual amó hasta el último día.

Ahora, cinco años después de la tragedia, tiene frente a él la posibilidad de rehacer su vida junto a una mujer que conoció en otro país, que ve esporádicamente y que su imaginario a esculpido con dedicación artística. Su mente, aferrada a los recuerdos, lucha encarnizadamente con su corazón que mira al futuro y aparentemente no hay quien gane, al menos, al momento de escribir esta carta.

Son palabras reales, modificadas para proteger la identidad de quienes están dándole pinceladas nuevas a un lienzo mil veces expuesto, pero que tienen ante sí todas las oportunidades del mundo.

El amor se escribe, se suspira y se sueña, aunque a veces no se diga en voz alta.


Apreciada Rocío,

Me dispongo a escribirte según creo, las líneas mas importantes con respecto a este tiempo que de alguna manera nos dispusimos caminar y lo cual debo adelantarte, es muy rico para mi. Espero que lo sea para ti también.

Quisiera decirte que a veces me resulta más fácil escribir que hablar algunas cosas y esto es bueno que lo sepas, porque no deja de ser parte del conocimiento. He tratado, dentro de lo intenso que ha sido vivir este tiempo, de interpretar y desarrollar una comunicación contigo y creo que inicié el mismo, intentando verte como la mujer con la que pudiera concretar cosas definitivas de una vida juntos en el futuro. Se me hacen difícil los largos procesos en este asunto según creo, ya que no gozo de experiencia de enamorado juvenil y es por eso que decido escribirte con total apertura.

Quiero expresarte que me encanta tu persona, creo que en este tiempo no he conocido alguien con tus características de mujer, amiga y ser fino como tu. Esto no es algo superficial sino de lo que más creo de ti y que hasta me hace pensar que no puedo tomar de tu tiempo sin decirte lo que siento y luego dejar que los días pasen y que no defina nada de mi parte.

Sé que el camino puede ser más largo aún pero creo que estar unido a ti en una amistad sincera y clara es lo que a mi me da más paz. Interpreto que tu posición hacia mi es más definida que la mía y eso me pone en una posición que debo aclarar. No estoy en condiciones de emprender ese camino aún, querida Rocío.

Creo que cuando esté en Madrid, y si las condiciones de hablar se dan, podré compartirte algunas cosas más claramente o quizás, por teléfono, pero no veo nacer aún un sentimiento que me lleve a concretar algo firme en un futuro cercano. Estoy compartiendo esta área de mi vida con personas que pueden ser objetivas y ayudarme, digo esto para darte también la tranquilidad que no estoy encerrado en cuatro paredes solitario sino que deseo avanzar en todo lo que ayude al propósito de Dios. Creo que eso incluye tu vida que es un ejemplo de todo lo que conozco de ti.

Deseo que sepas que ésta no es una posición de cerrar nada, por el contrario, deseo fortalecer contigo una amistad que no sólo veo clave sino que necesito, si me permites decirlo.

Creo que se me hace un tanto extraño el camino ya que, por un lado, no hay soledades en mi, pero por el otro, no quiero estar solo. A veces creo que puedo vivir solo, pero no quiero quedarme solo. Estoy muy atento a las señales de mi ser interior sin ahogar nada y no dejar de darme la oportunidad de amar y querer. Sólo que aún no despierta eso en mi y necesito que lo sepas. Creo que el tiempo llegará y necesitaba decírtelo.

Hace días que sólo he buscado las palabras, una y otra vez, pero veo que ser espontaneo es lo mejor. He aprendido a sumarte a mi vida y pensar en ti, no hay factores externos que se interpongan en nada, sólo lo que acabo de expresarte con toda transparencia y absoluta confianza, la cual tu me das a cada momento que podemos comunicarnos.

Tu femeneidad me ayuda en cada palabra que me dices, sea por cariño o por las preguntas de la vida diaria. Todo es maravilloso cuando hablas y creo que en el futuro, independientemente de este uruguayo medio duro, el destino que tienes es de felicidad y aunque sé que ya lo sabes no quería dejar de decírtelo.

Rocío, gracias por estos momentos, deseo estar enamorado, deseo querer y estoy determinado, salvo algún designio divino, a ver mi vida junto alguien. Lo que tengo hoy no es lo que estará para siempre a mi lado y estoy claro en eso, no terminaré mis días siendo un hombre tosco, sin amores y cariños, pero a ti debo decirte que la nobleza obliga a transmitirte lo que hay en mi corazón. Creo que cuando hablemos la próxima vez estaré listo para explicar lo que no se puede por este medio.

Llega rápido el invierno y deseo verte de una manera más definida y lo que disfrutemos, bien sea un café, una charla o una salida, sea con la claridad que deseo expresar.

Si me permites una vez mas te diré que estoy bien y deseoso de caminar tiempos nuevos y con el reposo del que tanto hablamos.

Te mando un saludo inmenso,

Horacio.

Montevideo, octubre, 1985


Germán Alberto Abreu.-

No hay comentarios.: